La serie Líneas Suspendidas explora el cuerpo humano como una cartografía viva, fragmentada y reconstruida a través de sus líneas de expresión, movimiento y vida. En estas imágenes, el rostro pierde protagonismo, eliminando cualquier rasgo que pudiera individualizar o personalizar al sujeto. Lo que permanece es un ser cualquiera, un cuerpo contemporáneo que se convierte en un símbolo universal.
El corte de cada fotografía se rige por las líneas naturales del cuerpo: curvas, pliegues y tensiones que emergen como trazos orgánicos. Estas líneas no solo delimitan la forma, sino que narran historias de identidad colectiva, más allá del individuo. El rostro, como portador de reconocimiento y subjetividad, se omite para permitir que el resto del cuerpo tome la voz.
En Líneas Suspendidas, el cuerpo fragmentado dialoga con el espacio, suspendido entre lo visible y lo sugerido. La obra reflexiona sobre la humanidad contemporánea, despojada de rostros y nombres, pero cargada de movimiento, energía y vida. Es un estudio visual que celebra lo esencial del ser, su tránsito y su presencia en el mundo.